La solución es plantearse cada día, ante advesidades, ¿con esto , que puedo hacer?.
Los antiguos maestros de tai-chi, cuando el gobierno chino prohibió la práctica de las artes marciales y de tai- chi, y llevaba a prisión a todo aquel que las practicaban, tenían una actitud como la que Almudena nos apuntaba el martes pasado.
Empezaron a practicar lo que se llamó tai-chi carcelario. En un espacio de no más de seis metros, practicaban los katas, que para hacerse hubieran necesitado antes grandes recintos.
"La técnica les hacía libres". Dentro de los condicionamientos, de los límites, buscaban que poder hacer para seguir desarrollándose como seres libre. La técnica que te obliga a seguir un encadenamiento del cual no te puedes salir, a modo de normativa, hacía que pudieran desplegar su libertad, pues lo que se lleva en tu interior nadie lo puede reprimir, aunque te priven de libertad.
Libertad y responsabilidad van unidos, y la confusión de cualquiera de estos términos lleva a la inadaptación, ya sea dentro o fuera de la sociedad y a veces esta inadaptación depende de nosotros. No echemos balones fuera siempre.
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