domingo, 30 de mayo de 2010

Mujer y discriminación


El 8 de marzo de 2010 se ha cumplido un siglo de la Real Orden de 8 de marzo de 1910 que autorizó el acceso de las mujeres a la Universidad en España, poco después de ser nombrada consejera de Instrucción Pública Emilia Pardo Bazán, quien desde décadas venía luchando por la alfabetización y educación de las mujeres. Cien años con mujeres en la universidad española que significan luchas, avances y reivindicaciones, y también un repaso a las desigualdades de género que subsisten hoy en ese ámbito que debería ser un foro de conocimiento , pero que tiene aún tintes conservadores y discriminatorios.
En el mundo , fue a comienzos del siglo XX cuando se empezaron a romper fronteras y las mujeres se fueron incorporando de manera paulatina a los estudios universitarios.
En España, antes del 8 de marzo de 1910 , sólo 36 mujeres habían logrado una licenciatura, tras superar barreras que incluían la autorización por el Consejo de Ministros, disfrazarse de hombres, como hizo Concepción Arenal para estudiar (sin matrícula ni título) Derecho Complutense, tener que asistir a clase con un acompañante o colocarse en la mesa del profesor, por no hablar de las trabas para la expedición de títulos, la colegiación y el ejercicio de la profesión.
Si bien desde los años ochenta las mujeres estudiantes universitarias superan en promoción a sus compañeros varones, esto no se ha trasladado a las siguientes etapas de la carrera profesional. Hemos de decir , por cierto, que sólo a partir de 1941 se cuenta con registros acerca de matrícula y titulación universitaria según sexo y carrera.
La presencia de las mujeres en la gestión universitaria y en los núcleos de poder es claramente minoritaria y un dato significativo es que "sólo hay seis mujeres rectoras en toda España". Esto es debido al fenómeno conocido como "techo de cristal", que provoca que, aunque las mujeres tengan más éxito en los primeros pasos de la vida académica, luego su ascenso se vea frenado , en muchas ocasiones, por la tradición cultural y el machismo.
"PARIDAD NO ES IGUALDAD" . Esta realidad se está produciendo en un país con una Ley de Igualdad una Ley de Universidades en las que se garantiza una presencia equilibrada entre hombres y mujeres en sus órganos de gobierno.
La perspectiva de género y el estudio de materias que visualicen a las mujeres no está contemplada en los planes de estudio actuales. La enseñanza reglada no se hace eco de esta necesidad ni de este reclamo por el que vienen luchando muchas mujeres en nuestro país.
También en la universidad se producen casos de acoso y discriminación a mujeres, pero "es difícil hacer un seguimiento, pues las alumnas no denuncian o retiran la denuncia, porque no se sienten apoyadas por sus compañeros o porque se están jugando una asignatura, si es el profesor el que las ha insultado por ejemplo".
Aunque no son muchos los avances, hay que decir que en los últimos años se han incluido estudios y departamentos especializados en género, hay master con reconocimiento oficial. Las políticas de igualdad van abriéndose paso en el cámpus .
Los avances, aunque lentos, son valiosos, por muestran una dirección. La universidad en su conjunto ha de preguntarse qué tipo de mundo y de personas quiere formar. Sin duda que el garantizar el derecho al conocimiento y la verdadera igualdad habrán de incluirse con ese propósito. Y esto no será posible sin reconocer el aporte de las mujeres, sin abrir espacios a su participación y sin construir una paridad real, que supere el mero formalismo.

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