martes, 9 de marzo de 2010

Tai Chi como trabajo de autocontrol

A propósito del Seminario de Budo que hemos tenido en este segundo cuatrimestre, en relación con el autocontrol, y los jóvenes, voy a contar mi experiencia en la Fundación Proyecto Hombre, en concreto en la Comunidad Terapéutica de Alcalá de Guadaira, con la práctica de Tai Chi , como terapia en las adicciones que se tratan en la institución.

Existen muchos perfiles de personas, en el tema de las adicciones. En concreto actualmente se estaba viendo como el tipo de intervención que se realizaba en la fase de comunidad, no era muy efectivo con algunas personas, que junto a su adicción unían trastornos psiquiátricos, como la esquizofrenia, trastornos bipolar, conductas violentas y agresivas etc. Se observaba que estas personas al realizar terapia sobre las emociones directamente, sufrían retrocesos, pues precisamente sus problemas emocionales les llevan a una huida a través de sustancias que acaban siendo dependencia.

Hemos comenzado a trabajar con terapias basadas en el cuerpo fundamentalmente, tratamos de desarrollar la escucha y el respeto por el cuerpo, ya que este es el vehículo que tenemos para desarrollarnos en esta vida, y muy a menudo solemos maltratarlo e infravalorarlo. El cuerpo como vehículo es un elemento muy importante en el mundo del Budo, como ya aprendimos con Eduardo.

Se hace mucho hincapié en las sesiones en la respiración, en aprender a utilizarla como herramienta para frenar los impulsos negativos. Algo tan simple y a la vez tan complicado. Se trabaja con la observación de la tensión y la relajación, para ver cuanto esfuerzo nos cuesta tensionarnos, con lo fácil que es relajar; sin embargo en nuestra vida cotidiana el esfuerzo es al revés pues nos cuesta más relajar que estar todo el día en contracción, pues este estado es el habitual en nuestra vida cotidiana.

En otra parte de la sesión realizamos ejercicios de Chi Kung, para canalizar la energía y abrir todo nuestro cuerpo y nuestra mente a otras dimensiones, de las que no somos conscientes y que nos reportan múltiples beneficios. Los ejercicios de los katas de Tai Chi, también se incorporan a la sesión, para trabajar el espacio, la psicomotricidad y la percepción de nuestro ser de una forma integral.

Finalmente realizamos una serie de relajaciones , unas inducidas y otras no, para ejercitarnos en una gimnasia mental, de forma que puedan ser herramientas que las personas utilicen en su vida diaria si las necesitan, pues el objetivo no es solo sentirse bien los días de las sesiones, sino todos los días de nuestra vida. Llevamos desde noviembre, y van pasando muchas personas por las sesiones, pues hay muchos grupos de trabajo, y cuando se adquiere seguridad, se va pasando de unos a otros, a veces hay personas que retroceden y por lo tanto vuelven a mí.

El gran objetivo que un día me marqué con este taller, fue las el de aumentar la calidad de vida de las personas que están en este centro, y por lo tanto esto implica elevar su autoestima, su conciencia a cerca de la aceptación y el aumento de las herramientas que pueden ser útiles para su superación como personas , día a día. Está siendo un trabajo duro, pues no solo tienes que tener en cuenta las características de las personas con adicción, sino también todos los trastornos psicológicos que traen con ellos/as. Pero a la vez que duro , está siendo un trabajo muy gratificante, tanto a nivel profesional, como educadora social, sino también como persona.

Y otra cosa que no quiero dejar de mencionar, es la importancia de personas como Estrella, profesora de psicología social de la UPO, y coordinadora de Proyecto Hombre, que apostó por una forma nueva de tratamiento, que no era demasiado aceptada, por desconocida, por algunos/as pero que ha resultado efectiva y beneficiosa para las personas que la reciben. Enhorabuena Estrella!

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