lunes, 7 de junio de 2010

Mujeres y discriminación : Personas inmigrantes


Actualmente son muchas las mujeres que vienen a Europa desde países lejanos para poder encontrar un trabajo, ganar dinero para enviárselo a su familia a su país de origen y tener la oportunidad para llevar una vida digna con posibilidades de desarrollo y futuro.
Las mujeres que llegan a España o a otros países de Europa, vienen de Ecuador, de México, de Marruecos, de Guinea...son mayoritariamente mujeres que han estudiado y tienen una formación cualificada, pero que aquí no es reconocida. Tienen muchas dificultades para encontrar un trabajo remunerado y cuando lo encuentran no es en las profesiones que ellas han estudiado y para las que se han preparado. Los trabajos que encuentran son el servicio doméstico, el cuidado de ancianos/as , la prostitución y la venta ambulante.
De estos sectores , el 80% de las mujeres inmigrantes en España, trabajan en el servicio doméstico o en la venta ambulante, no tienen contrato y por lo tanto no pueden acceder a la seguridad social, a los derechos laborables o denunciar abusos sexuales en el trabajo.
Muchas de ellas trabajan como internas en casas, teniendo una sola tarde a la semana de descanso, teniendo que tener plena disponibilidad a todas horas, sin contrato y con un sueldo inferior al establecido por la ley.
La mayor parte del dinero que ganan lo envían a sus familias, quedándose con una pequeña parte para vivir . Este dinero ayuda a mejorar la economía de su país y aumenta las posibilidades de desarrollo de sus familiares.
La explotación infantil, el trabajo en las maquilas y la doble o triple jornada laboral de las mujeres y la inmigración, son consecuencias de los injustos mecanismos económicos internacionales, en donde la globalización económica que impulsa la deslocalización y , la deuda externa con sus mecanismos de ajuste estructural, tienen gran parte de la responsabilidad.
En relación a la situación que viven las mujeres que trabajan en las maquilas de Centroamérica, Caribe y Asia, la mayoría de las empresas multinacionales que subcontratan la producción, emplean un 85% de mujeres jóvenes para evitar costes de maternidad. Cuando la mujer queda embarazada es despedida y sustituida por otra mujer joven. El trabajo en estas fábricas tiene unas notables deficiencias en el respecto a la salud laboral, interminables jornadas y salarios muy bajos, que tienen grave coste para la salud y el desarrollo de las personas que trabajan en estas fábricas.
Otra de las consecuencias de la deslocalización de la producción es el aumento del uso de mano de obra infantil , por parte de las multinacionales. La mayoría de los niños/as que trabajan lo hacen en el sector agícola comercial, pero también en fábricas de material deportivo, en la pesca a gran profundidad, en la construcción, fábricas textil, actividades de comercio sexual etc.
Otra consecuencia es que a los niños/as se les niega la posibilidad de ir a la escuela y de desarrollarse, pues tienen que realizar la misma producción que un/a adulto. Las empresas prefieren a los niños/as porque son más dóciles.
Por último las duras leyes de extranjería europeas y la discriminación étnica, hace que la población inmigrante se vea relegada a los trabajos más duros y menos cualificados en los países a los que llegan en busca de empleo. La situación de irregularidad hace que tengan que soportar jornadas laborales abusivas, no se reconocen sus derechos sociales y económico y existe una total desprotección social.

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