jueves, 3 de junio de 2010

Mujer y discriminación: Intervención con los agresores

A lo largo de la historia la violencia se ha tolerado y estimulado tomándose como forma de resolver las tensiones y los conflictos . En relación a las mujeres, la violencia contra ellas es una expresión de la creencia por parte de los agresores de desigualdad, entendida como afiliación de superioridad del sexo masculino sobre el femenino.
El hombre violento no es exclusivo de una determinada clase social, puede existir en cualquier ciudad y lugar. Aunque es posible generalizar sobre las características personales de aquellos que provocan este tipo de actuaciones , distintos estudios sobre los agresores en la violencia de género demuestran que existen ciertas peculariedades , vivencias y situaciones específicas comunes a la mayoría de ellos. Una gran parte de los maltratadores han sido víctimas o testigos de malos tratos, adoptando este comportamiento como una forma normal de relacionarse. Consideran a su pareja como un posesión que tienen derecho a controlar en todos los aspectos de su vida.

No existe un causa única para los malos tratos, aunque por lo general si hay una serie de factores de riesgo que pueden hacer surgir la aparición y posterior mantenimiento de la violencia de género.
La mujer que depende económicamente de su pareja, tiene más probabilidades de mantener la relación violenta a lo largo del tiempo, así mismo como las mujeres que tienen un rol de subordinación dentro de la familia.

Existen estudios que han descubierto que el medio sociocultural en el que viven las clases más bajas fomentan actitudes y valores desfavorables a la fortaleza corporal, a la tenacidad y a la resistencia física, lo que conlleva a agredir a sus parejas , reforzando de esta forma su concepto de masculinidad.

Según muchas investigaciones , parece que las hormonas sexuales tienen un efecto directo sobre comportamientos específicos de cada sexo (Martín Ramírez, 2006): los andrógenos producen un aumento del enfado y en la tendencia hacia la agresividad. Por el contrario la administración de estrógenos tiene efectos opuestos(Van Goozen , Cohen - Ketfenis, Gooren, Frijda y Van de Poll, 1995).

La rehabilitación del agresor no sólo es posible en muchos casos, sino necesaria para poder romper el ciclo de violencia, sea física o psicológica, y evitar su reincidencia. En España las primeras terapias de rehabilitación de maltratadores se pusieron en marcha en 1995, bajo la coordinación de Echeburúa, catedrático de Psicología Clinica de la Universidad del País Vasco, con el apoyo del Instituto Vasco de la Mujer y el gobierno local . El programa surge tras varios años de prestar apoyo a mujeres maltratadas y comprobar que muchas de ellas seguían conviviendo con su agresor sin intención de abandonarle. Así pues tratar al agresor e intentar que abandonara sus conductas violentas era una forma de ayudar a las mujeres que sufrían mal trato.
Hay muchos sectores que niegan la inversión del dinero público para esta intervención, pues aluden que son escasos y deben ir destinado a las víctimas.

Resumiendo hay muchas causas para la agresión en relación a la violencia de género, pero hay algo que queda claro, es que en este tema existen un conjunto de factores que se interelacionan en cada individuo de una manera diferente y es origen de conductas de maltrato. Es muy importante la intervención con el agresor siendo muchos los/as profesionales que pueden ayudar para conseguir un cambio en este "mal de nuestra sociedad". Los/las profesionales que se impliquen en la intervención-rehabilitación de los maltratadores han de conseguir una motivación por parte del individuo para el cambio, pero no es solo una motivación inicial , sino que debe ser una motivación lo suficientemente fuerte para que se someta a una intervención completa y efectiva que lleve a un cambio verdadero en la persona.

En cuanto a la mujer víctima del maltrato , la intervención debe centrarse mucho en aquellos aspectos naturalizados, ocultos, indetectables, que pueden dañar el bienestar de las mujeres, que tienen relación con los mandatos de género para la identidad femenina tradicional, que atribuye una importancia fundamental a todo lo relacionado con lo emocional, con la responsabilidad en el mantenimiento de vínculos, que puede llevarlas a vivir por, para y a través de los otros y postergándose a sí mismas.

Una técnica eficaz para el cambio y la recuperación emocional de las mujeres que sufren este tipo de violencia consiste en una labor de visibilización de las mismas, de deteción de los riesgos y del daño al que están sometidas. Sólo de esta manera podrán atribuir su malestar a su verdadero origen, es decir, a la violencia sufrida, y aliviarse de la culpa y la confusión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario