martes, 6 de abril de 2010

Violencia - Menores / Ley del Menor/ La educación como herramienta de intervención

Este lunes saltó una noticia a la prensa que nos dejó helados/as a todos/as.
El cadáver de una niña de 13 años, Cristina Martín de la Sierra, de 13 años, fue hallado el pasado sábado en el fondo de un pozo, del municipio de Seseña con signos evidentes de violencia. Otra adolescente de 14 años, confesó después de haberla matado. La menor muerta ha sido examinada por los forenses, para determinar si presentaba signos de violencia.
Al parecer la causa de la muerte ha sido unos cortes en la muñeca que la hicieron desangrarse.
Ambas menores se citaron para resolver problemas pendientes, literalmente según han dicho los amigos de la fallecida "para pegarse tras varios meses de rencillas y rivalidades".
Según amigos de la víctima, las dos adolescentes iniciaron una discusión , al parecer por un chico en un mercadillo de Seseña. Ese enfrentamiento podría haber precedido a la muerte de Cristina Martín.
Lo sucedido ha conmovido a toda España, y las respuestas políticas se han ido sucediendo, independientemente de la ideología. El PP ha pedido la modificación de la Ley del Menor y la rebaja de la edad penal.
La Ley del Menor se aprobó en el año 2000 y desde entonces se ha modificado en cinco ocasiones. En la actualidad, los condenados/as de 14 y 15 años son internados/as en un centro de menores por un periodo máximo de seis años. Cuando se trata de condenados con 16 y 17 años, el tiempo de permanencia se eleva a 10 años y un juez puede decidir si son trasladados a una cárcel cuando cumplan la mayoría de edad.

En este caso de Cristina Martín, un juez de menores ha ordenado el lunes internar a la supuesta culpable del asesinato de Cristina, en un centro de menores que confesó haber matado a la víctima. La chica podrá estar allí hasta seis meses, prorrogables por otros tres. Si es encontrada culpable en un juicio podría llegar a estar internada un máximo de cinco años.

El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero está dispuesto a abrir un debate "sosegado" de cara a reformar y endurecer la Ley del Menor en España, según manifestó hoy la vicepresidenta del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, tras los sucesos del asesinato de Cristina Martín, por otra menor.

Hace unos años leí el libro del Juez de Menores Emilio Calatayud y asistí a una conferencia que dio en Sevilla, ya entonces él apuntaba a las muchas carencias de la Ley del Menor, pero no solo carencias, sino también elementos que a su juicio eran erróneos y que no favorecían para nada a la sociedad ni a los propios menores.
El hablaba mucho de hacer conscientes a los menores de la responsabilidad, y de la importancia de la educación, de hecho sus sentencias siempre son especiales, pues en ellas trata de hacer ver a los menores, "en sus propias carnes", el error de los actos que han cometido, pero siempre deja entrever en éllas, la posibilidad de cambio, de inserción como seres "normalizados/as" dentro de la sociedad, una opción para intentarlo de nuevo si se toma conciencia del error cometido.

De nuevo se abre un dilema político, entre los partidos que defienden la seguridad ciudadana, la libertad de mercado y la igualdad. Este mundo globalista-capitalista, está haciendo que muchas cosas cambien, y hay un gran cambio en los valores que antaño se cultivaban. Es la era de la violencia como resolución, de conflictos, la era de grandes ricos y grandes pobres, donde todo vale en el mercado si el beneficio es alto, como decía Roberts, premio nobel de medicina, a las industrias farmaceúticas les interesa tener enfermos crónicos, que los medicamentos no curen. No interesa sanar, sino largas enfermedades que generen muchos beneficios en los fármacos.

En esta era el mensaje que reciben nuestros jóvenes, es el de que todo vale, que con violencia se consigue todo, y además puedes ser héroe del "lado oscuro", más que valores aprenden contravalores. Los /as adultos les damos mensajes que no sabemos cumplir, hablamos de temas que no llevamos a la práctica, hablamos de solidaridad y en los medios de comunicación solo impera la violencia y la muerte como resolución de conflictos.
Les hablamos de compartir y respetar el medio ambiente, y se genera cada vez más una masa de personas muy pobres que mueren sin tener nada que llevarse a la boca, mientras en el mundo más rico, discutimos sobre las marcas de ropa o sobre un nuevo móvil con más tecnología.

Dice Fernándo Sabater en su libro El valor de educar, que la socialización primaria de las personas que recae sobre la familia como responsable principal, atraviesa un eclipse en la mayoría de los países, lo que está siendo un gran problema para la escuela y para maestros y maestras.
Cada vez más padres y madres, a cargo de niños/as sienten desánimo o desconcierto ante la tarea de formar las pautas mínimas de su conciencia social y las abandonan a los maestros/as, mostrando luego una gran irritación ante los fallos de éstos cuanto que no dejan de sentirse oscuramente culpables por la obligación que muchas veces rehuyen.

Para que la familia funcione, alguien tiene que ser adulto/a . Hoy en día los padres /madres para acercarse a los hijos/as toman roles de amigos, compañeros de juegos, delegan su función de padres/madres educadores, formadores de conciencia. Las instituciones sufren sobrecargas. Cuanto menos padres/madres quieren ser los padres y madres, más paternalista se exige que sea el Estado. Los padres /madres que no podían ser guardianes de sus hijos/as exigen al papa Estado que cierre los locales tentadores , como discotecas por ejemplo. Exigían al Ministerio del Interior que se hiciera cargo de controlar a sus hijos/as, haciendo desaparecer el peligro .

Se ha confundido el contenido de la palabra autoridad. La autoridad en la familia debería servir para ayudar a crecer a los miembros más jóvenes , configurando de un modo afectuoso, una forma de vivir en sociedad. El objetivo final de la educación es aprender a respetar por que así lo vemos justo y necesario, lo que aprendimos a respetar por temor.

Una gran labor para todas las personas que de alguna manera trabajamos educando, trabajamos en lo social, rodeados/as de niños/as y jóvenes perdidos en una sociedad que se asimila a un gran océano lleno cambios, donde no se sabe realmente que es verdad y que sirve para que nos manipulen, donde los valores pierden valor, donde la conciencia es motivo de burla para muchos.

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